¿Frenos de disco para bici de ruta?

A Favor
1. ¿Cuántas veces habéis oído como Perico explica durante las retransmisiones del Tour de Francia que Miguel Indurain, en las etapas de montaña utilizaba cubiertas en lugar de tubulares porque al frenar, debido a su peso, calentaba en exceso la llanta y fundía la cola del tubular con el consiguiente riesgo de que se saliese? Este es otro caso donde unos frenos de disco habrían solucionado el problema.

2. En una ocasión me disponía a participar en La Marmotte pero no estaba convencido de si utilizar mis ruedas Lightweight o no. Por un lado eran las ruedas perfectas para la prueba, pero me producía cierto respeto el que la cola pudiera fundirse si resultaba ser un día extremadamente caluroso unido a los largos descensos. En el otro extremo también dudaba de utilizarlas por si llovía, ya que como he explicado antes, mi experiencia con las llantas de carbono bajo la lluvia fue cuanto menos peligrosa. Si mis Lighweight hubiesen llevado discos ni me habría planteado la duda.

3. Otro escenario: ¿Que sucede cuando por accidente se rompe un radio? Lo primero que hay que hacer es abrir los frenos lo máximo posible, en ocasiones hay que abrirlos tanto que al paretar la maneta de freno éstos no llegan a tocar la llanta por lo que el freno queda inutilizado, con discos podríamos llevar la rueda hecha un ocho (suponiendo que no roza con el cuadro) y aún así poder utilizar los frenos.

4. Con unos buenos frenos de disco la fuerza que habría que ejercer sobre la maneta para frenar la bici debería ser inferior a la fuerza que hay que ejercer sobre unos puentes normales, lo que haría que en descensos prolongados no se cargasen tanto ni las cervicales, ni las manos ni los antebrazos. Al menos en mi experiencia, durante descensos largos de vez en cuando debo sacar la mano del manillar y abrirla para desentumecer los dedos.

5. Otra posible ventaja que aún estaría por

6. Si tenéis varios juegos de ruedas, algunas de aluminio, otras de carbono y sois cuidadosos, cambiaréis las zapatas en función de la rueda a montar (nota: las zapatas usadas en llantas de aluminio suelen tener pequeños restos de aluminio incrustados, si se utilizan en unas llantas de carbono las pueden rallan y no es recomendable). Y no sólo eso, también hay que reajustar la altura de los portazapatas, ya que diferentes ruedas no tienen porqué tener la pista de frenado a la misma altura (os lo podemos asegurar). Con unos frenos de disco nos olvidamos del problema de ajustes y pastillas.

7. Una llanta que no tiene que soportar la presión de un puente de freno, se puede hacer más ligera, pero también a igualdad de peso se puede hacer más resistente. Ya no se tendría que diseñar en función de una pista de frenado si no que se le puede dar la forma óptima para hacerla lo más resistente posible.

En Contra
1. Sin duda alguna, el gran inconveniente que se nos puede echar en cara a los que estamos a favor de los frenos de disco es el peso. ¿Seguro? A continuación os mostramos una tabla que resume el posible incremento de peso de un sistema de freno de disco. Peso estimado de un sistema de freno de disco para carretera
confirmar sería la ventaja aerodinámica, un freno delantero normal está totalmente expuesto al aire, el trasero también, pero algo menos. La superfície frontal de unos frenos de disco es menor que un freno normal, además las pinzas del freno de disco se podrían integrar tanto en horquillas como en cuadros para que apenas sobresaliesen maximizando su aerodinámica.

Componentes Peso
Pinzas + discos (Avid BB7 con rotores de 160mm) +660g
Estimación de ahorro de peso en la llanta -115g
Incremento peso en los bujes +25g
Total 570g

A esta tabla habría que incorporar el peso de los anclajes y refuerzos que deberían tener los cuadros y horquillas para soportar las fuerzas de los frenos de disco, pero creemos que este peso se anularía ya que ni la horquilla ni el cuadro deberían tener las inserciones de aluminio en las que van anclados los frenos convencionales.
El peso total es de 570g, si a este peso le restamos el peso de uno puentes de freno normales, como por ejemplo unos Campagnolo Chorus de 334g, obtendremos una diferencia de 236g. Sí, a día de hoy pesan más, pero la diferencia nos es tanta, y aún importa menos en el campo profesional donde la regla del 6.8 obliga a algunos a montar plaquetas de plomo para llegar al peso mínimo, ¿no sería más funcional ganar ese peso con unos frenos de disco? Además los frenos de disco para carretera aún están en estado embrionario, con un buen desarrollo tanto de bujes como de pinzas de freno y rotores el peso se podría disminuir en gran medida, no hay más que comparar el peso de unos frenos de disco de mountain bike de hace seis años con unos actuales.

2. Aunque a día de hoy sólo podemos considerar la posibilidad de montar unos frenos de disco mecánicos, lo ideal sería que en el futuro fueran hidráulicos. En el caso de que en el futuro se emplearan frenos hidráulicos un inconveniente que aparecería sería que aumentaría la complejidad mecánica de una bicicleta: es mucho más fácil ajustar un freno normal que uno de disco, por no hablar de purgarlo, etc. Además un disco mecánico es compatible con las manetas actuales, un disco hidráulico no, o como mínimo habría que realizar alguna modificación en la maneta de freno.

Resumen
Las ventajas que suponen los frenos de disco respecto a un freno convencional son muchas, sin embargo las desventajas importantes se reducen a una, el peso. Con un futuro aún por recorrer estamos seguros de que ésta desventaja acabará por minimizarse o desaparecer. Sólo es necesario que los fabricantes pongan algo de su parte y fabriquen tanto bujes como pinzas de freno específicas para las necesidades de una bicicleta de carretera.

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